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miércoles, 20 de junio de 2012

Empuja, ¡¡empuja!!

Nuevo aire en el pasillo,
puertas nuevas
 Y venga puerta para arriba y venga mueble para dentro, y sobre todo, venga ganas locas de abrir nuestro hostal. No queda mucho tiempo para que el plazo que yo misma me impuse llegue a su fin y sólo se me ocurre seguir y no parar. No puedo decir que el ritmo que llevo sea frenético porque simplemente no creo que fuera posible, por el ajetreo mío personal y porque los medios que elegí requieren paciencia más que otra cosa. Ya me gustaría a mí ponerme en plan Nuria Roca en ese programa más que absurdo y mandar como una posesa a todo el mundo y que todo estuviera listo y reluciente al final del día. Pero no, yo decidí aprovechar los recursos que tenía a mano como mi extenso tiempo libre, los muebles acumulados en mi casa, mis nada despreciables conocimientos sobre estancias "hosteleras" y unas cuantas habitaciones con muchas posibilidades. ¡Ah! Y ganas de trabajar, quién me lo iba a decir.

Casi mueble para una habitación
Aquí dejo el último empujoncito que se ha llevado el proyecto. Mira que me gusta el verano pero hoy hubiera pagado por haber estado al menos en febrero. El rodillo va sólo pero macho, voy a echar un brazo que ni Nadal.
Más detalles para dentro
Buenas noches navegantes, no sabéis las ganas que tengo de inaugurar.

Recepción esperando a
salir de su caja

miércoles, 6 de junio de 2012

Puertas de cine

 Heme aquí, llego tardísimo pero aquí estoy. Tengo una buena excusa y es que hoy el cine en la tierra del mollete ha tirado la casa por la ventana. Seguro que si los que leéis esto sois antequeranos, sabréis a qué me refiero. El cine del centro comercial, supongo que inspirado por la falta doliente de clientela, ha promocionado de la noche a la mañana un precio único solamente válido hoy, martes cinco de junio: 1,80€. Y claro, allí que nos hemos plantado toda la familia después de los quehaceres de la jornada. Ha estado muy bien, había bastante gente y todos muy motivados por lo asequible del placer indudable de ir al cine y además, en manada, como antes. Dios, ese "como antes" puede ser indicativo de que me hago grande. A lo que vamos, el placer, si encima es barato, gusta mucho más. Sólo una pequeña referencia a la película elegida, "Sombras tenebrosas", la última de Tim Burton. Adoro (adoraba) al director, siempre ha sido uno de mis favorito pero sin enrollarme demasiado diré que debí perderme el momento en que empezó a poner el cu..., quiero decir que la exagerada publicidad que le ha hecho a McDonald's me ha provocado arcadas. Carai Mr. Burton, nunca pensé que perdería usted mi respeto pero hay una primera vez para todo.

Bueno, como podéis ver aquí os he puesto algunas imágenes de lo que se está cociendo últimamente en nuestra casa de huéspedes. Arriba a la izquierda tenemos la única puerta que está ya lista del todo, con yonosécuántas capas de pintura, con el pomo rematad, seca y reluciente. No queda nada mal, ¿verdad? Otra vez arriba pero esta vez a la derecha encontramos mi pequeño taller de pintura, donde me pongo hasta los topes y me embriago tanto con el olor de cada subida y bajada del rodillo. Me he ido a la cocina porque es el espacio más grande de suelo que no fue acristalado. Vamos, que me pongo en el salón y me estoy llevando hostias hasta el fin de los días.


Y justo aquí, a cada lado de vuestros ojos, encontraréis la reparación de una de las tres puertas agredidas. Qué divertido pegarle a una puerta, ¿no? Total, que con un poco de masilla y una espátula queda algo así. Luego sólo hay que esperar a que seque del todo y que se ponga como una piedra, para después, lijar la puerta con normalidad y pintarla por último.
No diréis que no me estoy poniendo toda manitas ¿eh? Cuando termino tengo las manos como un buen Manolo pintor de brocha gorda, sólo que lo mío es el rodillo. Lo próximo será abrillantar los pomos de bronce cuando estén todas las puertas pintadas, cosa que tendrá lugar la semana que viene (que son nueve de ellas, señores).
Nada más, me voy a mi camastro pero que ya. El día de hoy ha sido gratificante, completo, barato y muy bien aprovechado. Así me gusta.
Buenas noches, y por cierto, vaya luna la de ayer y hoy.



martes, 8 de mayo de 2012

Salón...¡hecho!

Bueno, yo ya estoy equipada para empezar la faena. Tengo la pintura blanca para las puertas, aunque antes de volverme loca y sentirme Pollock dando brochazos, tengo que lijarlas con un taco, como bien me recomendaron ayer. Me llevo mi ropita vieja puesta y mi buen moño, así que ya sólo me faltaría la ayuda de Manolo y Benito (ja...ja...ja...). Deséenme suerte amigos, no sé si volveré con vida.

¿No me decís nada de como va a quedar el salón según Raquel? Decidlo tranquilamente: genial. A mí este boceto me ha encantado sobre todo, porque lo ha dibujado a partir de las fotografías que le envié de las cosas que que tengo arrumbiadas por casa. Es decir, que no se ha inventado ni un objeto, sólo su distribución en el espacio. Tengo el pequeño sofá, tengo los sillones, la mesita y la alfombra. Es que se trata exactamente de eso, de reducir el gasto al mínimo y de sacarle partido a los recursos de los que ya disponemos y no se encuentran aprovechados. 
Mañana os empiezo a poner las habitaciones, que ya están diseñadas y puedo decir que, como yo, lo vais a flipar. 
Preparaos viajeros, excursionistas y guiris del mundo, os va a cambiar el concepto de turismo en Andalucía de un plumazo. La verdadera experiencia os está esperando. Olvidaos del hostal cutre y los sablazos inexplicables a vuestras carteras y haceros al cuerpo de que vais a conocer el sur como se merece.

Mañana, más.

viernes, 6 de abril de 2012

Arrivederci muebles prehistóricos


La Semana Santa sigue su curso y todo parece estar igual que ayer pero yo sé que no. Algo ha cambiado y se avecinan buenos tiempos, se nos viene el sol encima, el calor, los colores y perdonadme si os digo que a mí ya me huele a playa. También veo muchísimo trabajo pero esos son esfuerzos que me traeran alegrías, a mí y espero que también a otros. Así que vamos al lío, que hay muchísimo que hacer.

Hace unas semanas, después de que saltara esta idea, me puse como una loca a buscar las llaves del piso que vamos a transformar y allí que me fui. El primer sentido que se me activó de golpe fue el del olor y pensé de inmediato: qué pestazo a perro. Porque sí, allí hubo perros viviendo aun sin el consentimiento de la propietaria, pero bueno, esa es otra historia aunque todavía me estremezco al pensar en lo que tuve que limpiar tras aquellos habitantes. A lo que vamos, olía muy mal.
El siguiente paso fue afrontar que el piso no se encontraba en muy mal estado pero estaba inaceptable en cualquier caso. Ha sido muy castigado por el uso de tantos años y por un par de inquilinos "descuidados". Los muebles eran viejos y estaban estropeados. En general, a primera vista, se mostraba muy luminoso, agradable y bien distribuido pero parece que dos minutos después comienzó a emerger su verdadera apariencia. Cada mueble me enseñó sus grietas, los armarios al relajarse desplazaron sus puertas, las sillas cojearon, las cortinas se llenaron de girones en cuanto me acerqué un poco y las lámparas perdieron las tulipas al mínimo roce. Inmediatamente decidí que aquello tenía que recibir un cambio radical que implicaba que todos aquellos muebles debían ir fuera.

En seguida me recomendó mi hermana Marta que acudiera a la ONG REMAR de Antequera, pueblo en el que todo esto se está desarrollando. Me dijo que ellos se encargarían de llevarse los muebles para luego exponerlos en la tienda y venderlos por cantidades simbólicas a personas con un bajo nivel adquisivo. ¡Y así lo hice! Les llamé, quedé con ellos y a los pocos días se presentaron en el piso dispuestos a partirse el lomo con todos aquellos pesadísimos muebles.
La verdad es que, después de echar un vistazo, vieron que la mayoría de los enseres no les eran de provecho pero había algunos muebles que sí les servían. Así que la solución consistió en abonar 50€ por llevarse todo lo inservible, que no era poco, al punto limpio y lo aprovechable a la tienda para ser vendido. He aquí la primera inversión económica para mis propósitos. Dolió soltar aquel papel amarillo pero mereció la pena. ¡Ahora tenemos un lienzo en blanco para pintar lo que queramos!
Lo único que hay en este momento en el interior son camas en las habitaciones, una por cada cuarto, los sofás del salón y los muebles de la cocina; punto. El siguiente paso es una limpieza bestial del piso y justo después, tomar las primeras fotos de nuestro diamante en bruto para empezar a pulir y, eso sí, meter algunas camas más.
¡Hala, hasta mañana!