
No creáis que me achanté yo esta mañana cuando la bofetada de aire caliente me dio en la cara al salir de casa, sobre las diez de la mañana, no. "Venga niña, que hay muchas cosas que hacer hoy", me dije a mí misma con valor. Tras unos cuantos recados mañaneros me dirigí a mi palacete convertible para seguir dándole empujones cuando...¡¡horror!! ayer acabé con la última gota de pintura blanca y ni me acordaba. Lógicamente el siguiente paso era ponerme en marcha y comprar más, a buen precio y calidad, por supuesto. Sin éxito, sumergida en mi propio sudor y acordándome de toda mi casta por haberme puesto unos vaqueros largos, decidí darle al asunto una última oportunidad y me fui al centro comercial. Sí señores, caminito para abajo y caminito para arriba con botaco de pintura. Sin entrar en muchos detalles más, diré que conseguí mi objetivo, me bebí cinco litros de agua cuando llegué a casa y me puse manos a la obra una vez más.
Ya sólo me quedan dos puertas más y tenemos una estantería terminada. Queda montar una más, otra algo más pequeña, una mesa, cuatro sillas y algún pequeño mueble más. Una vez hecho esto, los muebles empezarán a desfilar para dentro del piso. Ojalá tuviera los poderes del mago en la peli Fantasía y hacerlos bailar mareonamente hacia el Dulce Hostal, ¡pero sin rozarme una puerta! Todos están listos e impacientes por que llegue el momento en el que cuente por fin con ellos. Y yo les digo: la semana que viene.
Que disfrutéis del jueves, que aunque no trabaje, el día de hoy me está pidiendo cachondeo, como a todos los demás. ¡Hasta mañana!
Vamos niña! que te mereces esa birra!
ResponderEliminarQue foto más chula! Me encanta!
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