
Entonces, en el coche de camino a imprimir las fotos tomadas, en el cénit del sombrío pensamiento en el que yo sola me estaba metiendo hasta el mismísimo cuello, con el añadido del notición del rescate de fondo, y sin dejar de cambiar de emisora en busca de algo escuchable, apareció una voz interesante. Alejé el dedo de la radio cansada ya de no saber cómo complacerme. Cuando miré la cadena y vi que se trataba de la Cope pensé "al carajo, la quito", pero tuve que dejar los prejuicios atrás porque aquel "hoy voy a divorciar a todas las mujeres tristes de mi ciudad" captó mi atención irremediablemente. Aquella canción ávida de "hoy voy a hacer" me guanteó la cara y, lo más importante, espantó los malos pensamientos de mi cabeza y me dijo al oído: "pero vamos a ver, ¿y tu casita de huéspedes qué? ¿Es que no estás trabajando en ella para que sea tu trabajo, para que seas tu propia jefa? No, nadie dijo que romper con los esquemas tradicionales sería fácil, ya me entiendes, esos que dicen que te busques un trabajo estable y seguro. Nadie dijo que iba a ser un caminito de rosas. Bien sabes tú por los ejemplos que te rodean, padres, abuelas, hermana, amigos y primos, que todos lucharon por conseguir lo que tienen".
Y yo, con mi cara de "¿me estás hablando a mí?", abandoné por fin el pozo de chorradas que se me vienen a la cabeza y me quedé pensando en mi hostal, mi dulce hostal.
Ahora, el título de la canción manda huevos.
Es un dulce sueño, por eso como nombre es muy apropiado, creo. No pierdas la esperanza, mi vida. Te dará alegría poner en funcionamiento algo propio, y sacar el fruto de algo propio.
ResponderEliminarUn besote enorme y disfruta este precioso día.