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domingo, 29 de julio de 2012

¿Qué caminito cogemos ahora?

Hace casi una semana ya que no hablamos, aunque hemos tenido otras vías de comunicación estos días...¿es o no? Pero bueno, para los que no estén muy al día con las redes sociales, mejor dicho, aun menos que yo, he de decir que han estado pasando algunas cosas. Por desgracia, el mensaje o la agresiva promoción que intenté hacerle a El Caminito no llegó a tiempo para el Festival de Blues, es decir, que todo aquel que buscaba alojamiento para el pasado fin de semana, lo había encontrado de sobra cuando aparecí yo ofertando el hostalito a viva voz. Aun así, no pasa nada, porque estos días los he aprovechado muchísimo: he seguido mejorando el aspecto y la calidad de las habitaciones así como de los baños, la cocina y el salón. Y por supuesto, algo que estaba deseando hacer, creé una página en Facebook especialmente pensada para nuestra casita de huéspedes, con algunos mensajes, eslóganes y por supuesto, fotografías del interior. No ha quedado nada mal y de hecho, está teniendo una muy buena acogida, ¡incluso se ha unido a la página gente que no conozco de nada!
Hay una novedad, una que estaba esperando ansiosamente y que por fin ha tenido lugar: la genial diseñadora Marta Díaz, muy poco conocida para su asombroso y sencillo talento, se ha encargado de crear el logo de nuestro mini hostal. Me encanta el diseño y la verdad es que no tuvo que enseñarme muchas propuestas porque lo tuvo claro desde el principio. Me alegro de la sintonía que existe entre nosotras para estas cosas y que desde el principio ha estado vinculada al proyecto El Caminito, nombre que además acabó proponiendo ella tras una tormenta de ideas improvisada. Aunque tengo que decir que no le ha quedado otra que estar al tanto de los devenires del piso, ya que más de una vez ha tenido que poner el hombro para mí.
Nunca le estaré lo suficientemente agradecida. Ni a ella ni a mi madre, quien puso todos los medios a mi alcance en señal de su plena confianza en mí. Tampoco a mi padre, quien no paró de moverse, investigar sobre todo lo relacionado con la apertura de algo así y de remangarse para poner bien bonitas las estancias. No podría haber avanzado tanto sin Patricia, quien sudó conmigo la gota gorda trasladando muebles de todos los tamaños. Aunque más sudó su Juanma el día que nos dieron las tres de la tarde (en pleno mes de julio) moviendo cosas de un sitio a otro, mientras las chicharras nos indicaban que el termómetro estaba a punto de reventar.
Imposible olvidar, ni mucho menos, tanto apoyo de tanta gente. Amigos, conocidos lejanos, familia...incluso personas a las que la idea no les convencía que aun así ofrecían su ayuda a cambio de nada y que, además, poco a poco llegaron a verle el sentido a este proyecto.
Ni que decir tiene que, a pesar de que no haya seguido a pies juntillas los preciosos bocetos de Raquel de Haro, los sigo teniendo en cuenta para seguir embelleciendo el interior del piso. Ella ha sido una guía para mí en todo esto, sobre todo a la hora de ponerme en bandeja referencias, precios y demás facilidades para comprar todos los materiales que usé.
Muchas gracias, esto es lo que me propongo soltar con todo este discurso. Simplemente, gracias.

sábado, 19 de mayo de 2012

Caprichos

La vida te da sorpresas, sorpresas te la vida. ¿A que no adivináis? De sobra sabéis la pésima racha laboral que llevo arrastrando desde hace un tiempo a esta parte. Ahora parece que estoy levantando cabeza con mis labores en la BBC pero hay más. Vamos a jugar un rato, a ver quién acierta. ¿Qué ocurre cuando te tiras una buena temporada de soltería? Que llega un punto en el que no te comes una rosca, ¿es o no? "Es" diríais vosotros al unísono. ¿Y qué pasa cuando te ennovias? Que te salen las roscas de todas partes y hay que admitir que da mucha rabia. ¿Por qué no antes, cuando la cosa tenía sentido? Caprichos del destino, supongo.
Ahora bien, extrapolemos este vago ejemplo al ámbito del trabajo. Seguro que ya lo tenéis. Pues sí, un periodo de sequía absoluto y en el momento que me sale un trabajillo el teléfono empieza a sonar como loco cada 24 horas. El otro día ya os dije que tenía una entrevista de trabajo, con un fotógrafo profesional que se dedica a la BBC pero que esta vez requería mis servicios para los reportajes de los eventos. "Dios, sí, y se acabará el asedio en los combites", me dije justo después de colgar el teléfono. No es mi trabajo soñado pero significaba un paso más en el mundillo nada despreciable de las Bodas, Bautizos y Comuniones, y al menos trabajaría en Málaga y no por pueblos cercanos a Nerja.
Pero agarraos, que justo un día después de entrevistarme con este profesional de la fotografía de saraos, recibo una nueva llamada de teléfono. Se trataba de una nueva entrevista pero esta vez el puesto a desempeñar era de diseño gráfico...Oh my God. Y hasta aquí puedo leer.
Sí, sí, es que no puedo contar más porque no quiero gafar nada. Nunca fui supersticiosa pero sí tengo la creencia de que si se anticipa algo con demasiada ilusión, al final se va al garete.
No tiene nada que ver esa creencia con nuestro grandioso proyecto, ya que en este caso se trata de pura certeza. Por nuestros ovarios, cojones o lo que queráis, que en julio habrá una casa de huéspedes en Antequera. Es que ya no se trata de una simple propuesta o propósito, es muchísimo más que eso. Es un sueño, una idea pensada para demostrar que otra forma de trabajar es posible, haciendo aquello que nos gusta, o al menos eso en lo que somos buenos. Este "Dulce hostal" es la prueba de que se puede sobrevivir y sobre todo, vivir, siendo nuestro propio jefe, marcando nuestras propias reglas, horarios, limitaciones, etc. Si nos quedamos en la calle que sea después de haber luchado como gato panza arriba, que dependa de nosotros, de nuestro propio esfuerzo y no de los caprichos del mercado o los del jefe de turno.
Esto, gentío navegante, es tan importante que no se me ocurriría ni por asomo dejarlo de lado, aunque las tornas de mi situación laboral cambiaran de la noche a la mañana. Alternativas hay, pero ese hostel va palante como que me llamo Ángela.
Además, me está trayendo cosas tan buenas e inesperadas, como manos dispuestas a ayudar en lo que sea sólo por el hecho de participar y mucho apoyo de todo el mundo, que sólo podría compensarles con una buena inauguración.

Yo, por lo pronto, sigo con mis fotos en la BBC y respecto a lo demás...ya se verá.
Gracias a todos. Disfrutad de la fiebre de sábado noche.