domingo, 27 de mayo de 2012

Qué trabajito cuesta

Trabajito me ha costado, como dice esa gente, levantarme de la cama envolvente, blanda, templada, maravillosa superficie que descarga mi cuerpo de cansancio y que no me dejaba irme esta mañana. Será egoísta y mala, sabiendo lo difícil que es para mí dejarla, cuando yo lo único que pretendo es ir a trabajar. Pero ella no, ella tiene que atraparme entre sus sábanas, me sujeta los párpados para que no pueda abrir los ojos y me susurra al odio que no es justo, que debería poder quedarme allí un poquito más, con lo bien que estoy ahí con ella y que apague de una vez esa alarma del demonio para sumergirme en un dulce coma.
Sin embargo, yo lucho, peleo y sollozo, me revuelco y reniego de todo con el otro hemisferio de mi cerebro diciéndome firme: vamos, hazlo, sólo levántate, una vez lo hayas hecho serás todo más fácil. Y tras lo quizá se convierten en veinte minutos de batalla mental y física, me levanto al fin, como una muerta viviente, con los ojos aun cerrados, chocando con todo lo que me encuentro de camino al baño.
Si no fuera por mi preciado portátil, yo creo que mi vida no sería la misma porque él me ayuda en todo, al menos me ayuda a volver al mundo de los vivos cada mañana gracias a su archivo musical.
Hoy ha sido Amparanoia, esa tía me despabila como nadie, me hace salir por la puerta con un "buen rollito" impresionante y pensando en que algún día tengo que ir a Tijuana. Pero eso sí, después de odisea que ha supuesto levantarme hoy de la cama, no he podido evitar estar canturreando "trabaito ma costao" hasta la irrupción de doña Amparanoia.
No sólo me invaden referencias musicales en estos casos sino que también me ha venido a la memoria una escena de "Una historia del Bronx", esa en la que Robert De Niro coge a su hijo bien fuerte para dejarle claro que el héroe no es el mafioso del barrio sino él mismo: "¡El tipo duro no es él, sino los hombres que se levantan cada mañana para ganarse la vida. El tipo duro soy yo, tu padre!".
No puedo estar más de acuerdo. La hazaña no es ser respetado, trapichear o tener el máximo poder, la hazaña es levantarse de la cama para ir a trabajar cada día. Eso sí es duro.
No veas qué oda me ha salido a los mañaneros del mundo, y eso que yo sólo me tengo que levantar a las nueve de la mañana. No quiero imaginar si tuviera que despertarme a las siete, entonces me haría un monumento a mí misma.
Ya que estoy, le voy a dedicar la entrada de hoy a la persona que se levanta más temprano que conozco para ir a trabajar. Que no se me olvide decir que se está ganando la vida en Gales, que también es signo de algo que bien sabemos ya.
Hoy va por ti, Julia. Chiquilla, no sé cómo lo haces. Pues haciéndolo, ¿no es verdad?

Buen fin de semana a todos, literalmente. Un besazo y mucho ánimo.


3 comentarios:

  1. Que arte madre mia!!!!! Pues he de decir, que gracias a que ahora a las 5 de la mañana es prácticamente de día, me cuesta mucho menos trabajo levantarme!! Gracias a nuestro queridísimo sol!!! :) :) Un besazo!

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  2. Yo me levanto a las 7 todos los días y me da coraje cuando los fines de semana me despierto a las 8 y aguanto un poco más antes de levantarme, pero solo un poco... con lo rico que estaría despertarme por lo menos a las 10 de la mañana. En fin, que no tengo arreglo, porque al final hasta me gusta aprovechar el día al máximo y rascarle horas al sueño, para vivirlas!!

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  3. Es verdad, ahora a las 5 de la mañana hace un sol en Gales que parecen las 12 de aquí, pegando que abrasa (bueno, abrasar, abrasar...jajaj). Pero es verdad que ayudaba a despertar.

    Hombre las 10 de la mañana es una hora ideal para levantarse pero es verdad que cuando a una se le mete la alarma en el cuerpo cuesta quitarla los fines de semana.

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